Por: Fortunato González Cruz…
Al término de la emocionante aventura vivida en las 621 páginas de la biografía que escribió el eminente tovareño Alfonso Ramírez “El Polaco” del gran venezolano Andrés Eloy Blanco, tengo que compartir con mis amables lectores esta grata experiencia. He leído la tercera edición patrocinada por Droguería DROLANCA, obsequio de la Academia de Mérida por intermedio del también cronista Ramón Sosa Pérez.
A “El Polaco” lo conocimos en los ambientes taurinos entre Tovar y Mérida y tuvimos el honor de colocarle el botón del Círculo de Amigos de la Dinastía Bienvenida, en emotiva ceremonia realizada en el Coliseo de Tovar. Fue un hombre de mundo y relaciones, estudios y experiencias, años bien vividos, una vida aprovechada para la formación humana e intelectual que lo modeló como hombre de leyes, historiador, cronista, político, escritor y taurino. Estudió con especial dedicación la vida de Andrés Eloy Blanco y es por el profundo conocimiento del personaje y de su época que ofrece la mejor biografía del poeta y una de las mejores de su género en lengua española.
El libro es biografía porque describe al hombre que estudia y lo ofrece tal como es, de tal modo que se capta su encanto personal, su espíritu libre, su flacura, sus pasiones, sus convicciones, su melodiosa voz cuando recita o discurre, y hasta su tos por tantos años preso. Es la crónica de un tiempo convulso que va desde la autocracia gomecista hasta la dictadura militar perejimenista. Es historia política que contribuye al conocimiento de la génesis de la democracia venezolana y la comprensión de sus fortalezas y también de sus debilidades. Es una geografía humana que contribuye a la comprensión de lo que es Venezuela como país diverso, porque pasea al lector por las tierras de Andrés Eloy Blanco desde Cumaná y el oriente marino, el llano profundo, la selva amazónica, el centro del país donde se batía el cobre hasta la pensión de Timotes. Es un reportaje de los sucesos políticos en los que se vio involucrado el personaje y el papel central jugado por el en tiempos que exigían firmeza, conocimiento y pasión. Tiene mucho de análisis psicológico porque desnuda el alma de un personaje que es esencialmente poeta y que tiene que entrar en la política por un mandato de conciencia.
Tiene esta biografía el encanto que engancha desde su prólogo, en esta edición escrito por su paisano Simón Alberto Consalvi. Discurre la narración como un cuento, casi que como hablaba “El Polaco” en sus inolvidables tertulias tovareñas con la precisión del dato y la ocurrencia, el comentario jocoso y la ironía, la opinión autorizada y la sentencia fulminante.
La biografía de Andrés Eloy Blanco escrita por Alfonso Ramírez invita a leer las obras de ambos, desde el “Canto a España” del poeta hasta los escritos taurinos del biógrafo. Leer este libro ha sido una aventura que me alegra por lo que me ha enriquecido.
