Por: Giovanni Cegarra…
En verdad que en la Venezuela de hoy, donde abundan como arroz picado, versiones, comentarios, escritos, mensajes, noticias, manipulados o no, a diestra y siniestra por las redes sociales, los venezolanos prácticamente están totalmente psicosiados, en un verdadera histeria en masa, de grupo, al extremo que ya casi resulta peligroso, emitir una opinión en la calle, porque cualquiera le puede asestar un golpe innecesario y lo afirmo con propiedad.
Todos los días, surge algo nuevo en las benditas redes, el peor cáncer que se ha podido adquirir con esto de la telefonía móvil y es que muchos, se la creen, no hay forma ni manera, de hacerles ver, que de veinte mensajes, uno pudiera, si acaso, ser cierto y en sus efectos, medio mundo confundido, psicosiado.
En medio de la situación circunstancial en la que vivimos todos los venezolanos, el daño mental que están haciendo las redes sociales, no tiene nombre ni apellido, aunque muchos no quieran creerlo y aceptarlo. Aparte de que estamos con la moral y pesimismo casi por el piso, porque ya no se sabe en quien creer, la incredulidad es pareja, aupada por los políticos de oficio del gobierno y la oposición, ante un pueblo dividido, que se cala todos los días, un pleito de cocineras políticas, en la que están involucrados todos, sin que se vislumbre la propuesta deseada y esperada, se dan brazadas de ahogado, el pueblo confundido y psicosiado, llevando del bulto en una democracia imperfecta.