Rendición de cuentas: cuentos y más cuentos…

Por: Angélica Villamizar…

Los servidores públicos tienen la obligación de rendir cuentas  claras por lo menos una vez al año acerca de su gestión y manejo de los recursos públicos, a fin de que los ciudadanos puedan vigilar y evaluar  la gestión, lo que permite, en un sistema democrático, que se apliquen medidas correctivas o sanciones en el caso de que se hayan vulnerado los derechos humanos.

Pero esto se ha tornado un poco difícil en este país. En Venezuela, la rendición de cuentas los últimos años ha estado sumergida en la opacidad, en la mentira, en falsedades. Los ciudadanos no cuentan con información completa acerca del manejo real de los recursos, ni mucho menos cuentan con herramientas para verificar la veracidad de lo que se presenta.

El Ejecutivo Nacional en la presentación de la Memoria y Cuenta de este año, hizo muchas afirmaciones un tanto dudosas. Comenzó el cuento de que la crisis económica que sufre el país es producto de las sanciones internacionales, pero no se refirió al nivel de Gran Corrupción, que ha hecho que una de las principales empresas del país, como lo es Pdvsa esté presentando números rojos al punto de presentar una gran deuda.

No existe tal guerra económica, lo que hay es una enorme impunidad ante hechos de corrupción bárbaros que han acabado con la calidad de vida de la población.

Las cifras económicas que detalló no pueden ser verificadas ya que el ente encargado de este tema (BCV) no ha publicado cifras desde hace muchos años, el país no cuenta con datos económicos, ni estadísticas actuales de ningún tipo. Lo que sí es evidente es la hiperinflación y contracción económica de 80% que se padece desde hace ocho años aproximadamente.

En cuanto a los servicios públicos el mandatario nacional afirmó que la prestación de los servicios públicos ha sido eficiente. Los ciudadanos ven cómo les miente en la cara y en cadena nacional. Solo por nombrar algunos, basta ver cómo continúa la crisis eléctrica y el deterioro en el sistema de salud. Por lo menos en Mérida se pueden observar obras en las que se invirtieron importantes sumas de dinero y que hasta el momento no han solucionado la crisis (planta termoeléctrica Don Luis Zambrano y el hospital tipo IV Hugo Rafael Chávez Frías, ambas en la ciudad de El Vigía).

En cuanto a la vacunación de la que habló el presidente tampoco puede ser verificada esa información, ya que no se cuenta con un censo actualizado de la población para este año o por lo menos el año pasado, debido a que el INE desde el 2011 no publica el censo. Cabe la duda de la cantidad real de vacunados y parece una exageración y una gran mentira que el 95% de población adulta esté inmunizada contra el Covid-19. No se aclaró en detalle cuantos adultos y cuántos niños ya están vacunados, porque esa información tampoco es publicada por ningún ente de salud.

Sobre el índice de pobreza mencionó que está por el 17,7%, habló sobre disminución, otro cuento más, ya que la Encuesta Nacional sobre Condiciones de Vida en Venezuela (Encovi), el año pasado arrojó que el índice de pobreza total en Venezuela se ubica en 94,5%. Eso si es fácil de verificar, haciendo operaciones matemáticas sencillas, restando el monto del salario mínimo al costo de la canasta básica. Se ve en las neveras de cada venezolano.

Temas como la escolarización, construcción de viviendas, el comportamiento real de la economía son difíciles de creer esas cifras, porque hay mucha opacidad en la información.

La opacidad fue el común denominador de los cuentos contados en la institución legislativa.

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20-01-2022 (72)