Yo Pienso en el Dinero Fácil, por lo tanto, Yo Existo en Venezuela

Gerard Paez

Por: Gerard Páez Monzón…

“Cogito, ergo sum” expresó, al mundo, el gran filósofo y matemático francés René Descartes. Con esa corta frase en Latín hizo dividir a la humanidad, sin embargo, al decir “Yo pienso, por lo tanto, Yo existo”, resumió en una sola frase una gran verdad del hombre.

Esta división aparece al verse presionado Descartes, por la inquisición dogmatizada de la Iglesia de esa época, para dar una explicación sobre su reflexión. El ejemplo de lo sufrido por Galileo Galilei estaba fresco en el aire y a la vuelta de la esquina de su querida París. Se le ocurrió calmar a la Iglesia diciéndole: «Del cuerpo nos ocuparemos nosotros los terrenales de la Ciencia, pero del espíritu le corresponde solo a ustedes, los dioses de la Iglesia».

Su cortina de salvación hizo polarizar hacia un rumbo equivocado a toda la humanidad. La Ciencia le puso tanto pecho a la búsqueda de la verdad, con la única perspectiva de lo material en cada entidad que estudiaba, que terminó engendrando una tecnología sin espíritu, contaminante. Las ciencias de la salud, por ejemplo, lograron resolver muchas enfermedades del cuerpo, hasta erradicar algunas de la faz de la Tierra. Sin embargo, florecieron nuevos problemas de salud en la humanidad, problemas de la mente como el suicidio, la depresión, el stress, etc. El planeta siguió redondo, pero la humanidad tomó una forma muy cuadriculada.

Hoy somos testigos de la fuerza que consiste en pensar en mente y cuerpo como un todo indivisible, holístico, interconectada subatómicamente, como lo más acertado a la realidad universal, que hace aparecer, en la humanidad, una consciencia diferente, una consciencia profunda, completa hasta los momentos, diría alguien que observase esta evolución, desde el más allá.

La neurociencia ha ayudado a ingerir esta totalidad como una unidad al indicar, en las explicaciones de sus grandes descubrimientos, que el cerebro acoge un centro cinematográfico del mundo externo e interno entretejido por la fusión de la concentración y de la subconsciencia. Desde esa composición artística y mágica se toman las decisiones de las infinitas posibilidades que van cristalizando los «to be or not to be» del teatro de la vida que cada individuo vive.

Se existe según lo que se piensa, diría un valiente resucitado Descartes (según la película que compone). La dirección cinematográfica es realizada por lo que se considera importante,   y así se va construyendo la calidad de mando del director, la denominada consciencia y sus ayudantes.

Es  real y triste lo que se vive en Venezuela, hoy por hoy, el gran y único pensamiento es el del dinero fácil. Es lo importante, el foco de concentración. Los enchufados y autoridades planificando formas de robar a la nación, los jueces y abogados impartiendo justicia por debajo de la mesa, la casa militar transformada en su totalidad en una casa de matracas y narcotráfico, el taxista que lleva gasolina al país vecino, el ciudadano que hace colas para comprar productos de la cesta básica y revenderlos a un centro de acopio que a su vez lo venderá a un precio abusivo, el amigo que vende el dolar proveniente de la «raspada de tarjeta», el Mercal con sus precios falsos, el mototaxista que abandona su talento al no ir a la universidad, las becas para la vagancia de pueblo, el maestro que no asiste a sus clases, los delincuentes colectivos y desatados, los diputados protectores del dinero ilícito, etc, etc. de todos los colores y planos de vida social en Venezuela.

Este tipo de ejemplos de dinero fácil en Venezuela es lo que ocupan nuestras mentes. Existe otra forma de búsqueda de dinero fácil con una diferencia fundamental. La descrita en Venezuela actualmente, se genera pensando exclusivamente con el cuerpo, mientras que aquella que se realiza pensando holísticamente, ofrece un valor agregado a la sociedad,  es un accionar del hombre responsable, productivo, y especialmente progresista.

Esta es la consciencia actual que delata la existencia en Venezuela, es la película que la mayoria creciente está re-creando en sus cerebros y pro-creando en la sociedad. Es toda una porquería volátil con una fundación podrida sin valor, destrozando el futuro de todos, especialmente contaminando las mentes de nuestra juventud. Somos una sociedad de pranes en este socialismo del siglo XXI.

@gerardpaezm