50 aniversario del Colegio Nuestra Señora de Belén – Seráfico

Durante cinco décadas han sido numerosos los hombres y mujeres que han egresado de este pequeño rincón del conocimiento, que a muchos abrió sus puertas con tan solo cuatro o cinco años para iniciar sus estudios de educación preescolar o quizás seis años de edad portando ya la camisa blanca de la educación primaria.
Hoy cientos los jóvenes que han egresado de la Unidad Educativa Nuestra Señora de Belén, mejor conocida como el Colegio Seráfico, el sueño de aquel sacerdote de la Congregación de los Padres Capuchinos Francisco Robles Rodríguez que, por más de 30 años contribuyó en la formación de los niños y jóvenes del ayer, y que ahora son los padres, madres y profesionales del presente.
El Padre Robles, aquel hombre quien con gran misión educativa, siempre demostró mística de trabajo, compromiso y entrega; dedicando parte de su vida de manera desinteresada con un gran espíritu vocacional, en pro de la formación de los niños merideños; a él se debe lo que hoy en día es esta gran obra.
De la mano de la profesora Aura Consuelo Aranguren quien asumió la dirección en el año 2000, cuando el padre Francisco Robles decidió retornar a su natal España, dejaron cada pasillo impregnado de alegrías, tristezas, y hasta desaciertos momentáneos; pero sin duda alguna, marcaron huellas imborrables que han sido el estímulo digno de imitar de las generaciones futuras.
Día tras día el colegio continua creciendo, muchos quienes le recuerdan con gran aprecio, vivieron allí las mejores etapas de la vida, ahora ofrece educación desde el nivel preescolar hasta el quinto año de bachiderato en ciencias, gracias a las gestiones hechas desde el año 2005, cuando asume la dirección del plantel la profesora María Eligía Rondón Varela; con el propósito de darle continuidad al sueño de la comunidad merideña, un colegio con una educación completa con todos los niveles.
Como se puede echar de menos a todos esos docentes, que desde bien temprano reciben a los cientos de niños y jóvenes en cada aula; que ciertamente le dan vida a esta estructura, sin ellos el colegio no tendría sentido.
También, a cada uno de profesionales de las diversas áreas; personal administrativo, obrero y cantina, que diariamente aportan su granito de arena para formar a los profesionales del mañana.
Cinco décadas se dicen fácil, pero si nos detenemos y detallamos cada instante, encontraremos historias maravillosas, los cuentos de pasillos, las actividades extracurriculares, los encuentros deportivos; aquellos domingos familiares donde se compartía de una manera extraordinaria; un gran número de anécdotas, que no se pueden dejar pasar por alto; todo sin duda como una familia, la gran familia Seráfico.

Por: Jesus David Quintero Quiroz