comunicArte: «El Dandi Parisino»

¡Saludos Amigos!

En estos tiempos de gran incertidumbre y crisis, no solamente nacional sino también internacional, y especialmente durante esta semana santa, me parece pertinente no olvidar un aspecto importante de nuestra vida: ¡hacer todo lo posible para superar nuestras diferencias con los demás y buscar, ante todo, lo que nos une! Para asumir el papel de ser humano que hemos recibido al instante de nuestro nacimiento, es vital de actuar con la nobleza de nuestra verdadera misión en la tierra, es decir, actuar como ser humano consciente de la hermandad que compartimos con los demás. ¡No es una utopía! Es una realidad, y más bien, una riqueza sin fin para nuestra alma y nuestro corazón. Si la novena sinfonía de Beethoven, con sus estrofas de Schiller, es tan tocada en el mundo entero, es la mejor prueba, que, de manera natural, los seres humanos buscan la fraternidad, la alegría que une los hermanos que somos.

Decidir de vivir en otro continente es también una invitación a la apertura de nuestro corazón, y, sobre todo, una experiencia extraordinaria para descubrir con alegría otras facetas de la humanidad, otros pensamientos, otros conceptos de la vida. Pero también, es un gozo intenso de buscar las raíces y puntos comunes, sin olvidar las personalidades que se nutrieron de la riqueza de dos continentes. Es el caso, obviamente, de Simón Bolívar, la figura más emblemática de Venezuela y de una gran parte del continente suramericano. Un personaje fuera de lo común, que vivió largos años en París (hablando y escribiendo un francés ejemplar) bebiendo con un apetito feroz las ideas masónicas y de la revolución francesa, aquella que inspiró un progreso social, único en la historia de la humanidad, en diferentes partes del mundo.

¡Pero, Venezuela y Francia tienen también un músico excepcional a compartir! Un compositor que nació en Caracas en 1875, de padre alemán, y emigra hacia París con su familia cuando contaba cinco años. Se trata de Reynaldo Hahn, un compositor demasiado olvidado hoy en día, tanto en Venezuela como en Francia, a pesar del encanto innato de su música, sumamente elegante y refinada, a semejanza del “dandi parisino” que era. Al desembarcar en Paris, el joven Reynaldo, gracias a la inmensa fortuna familiar, frecuentó rápidamente los famosos salones parisinos, esos lugares burgueses privilegiados en los cuales todos los artistas de la sociedad se encontraban e intercambiaban. Alumno del gran compositor francés Jules Massenet (el autor de la opera Werther), Reynaldo Hahn es ante todo un enamorado de la literatura. Amigo de Alphonse Daudet (el escritor de “Las cartas de mi molino”) y amante de Marcel Proust (el que escribió “A la búsqueda del tiempo perdido”), el talento de Hahn se encuentra en su sentido literario, este arte de contar que guía su música. “Sola una cosa me interesa, me entusiasma, me obsesiona: la reunión de la literatura y de la música”. De hecho, una gran parte del corpus musical de dicho compositor está consagrada a las canciones, como por ejemplo el ciclo muy conocido de “Las canciones grises”, escritas a partir de poemas de Verlaine.

Compositor, pianista, cantante (no profesional sino de salones), escritor, cronista en la revista más famosa de Francia, “El Figaro”, Hahn fue también un excelente director de orquesta, que dirigió en 1906 en el festival de Salzburgo, la primera producción de la ópera Don Giovanni de Mozart, su ídolo, que lo influyó mucho con respecto a la transparencia de su orquestación, a la fluidez de su discurso musical. ¡Admirador y defensor de la Opereta Francesa, un estilo en boga a la época, Reynaldo Hahn compuso una comedia musical en tres actos, “Mozart”, escrito a partir de un libreto absolutamente delicioso de Sacha Guitry, que cuenta el viaje del joven compositor Mozart a Paris, enamorado de la capital francesa y de todas las mujeres que encuentra!

¡A la liberación de París, al final de la segunda guerra, Reynaldo Hahn fue nombrado Director de la Opera de París, ultimo reconocimiento nacional para este venezolano que representaba de manera virtuosa el espíritu parisino, guasón por excelencia, amante de las palabras, ante todo! En su libro “L’oreille au guet” (Oído atento), Hahn precisa su real pensamiento en el canto: “De hecho, los artistas del café-concert están en la verdad técnica y estética del canto, es decir, ellos se sirven del timbre de la voz para hacer entender palabras, en vez de tomar las palabras como pretextos a exhibiciones de sonidos, así como lo hacen casi todos los cantantes de los grandes teatros. La necesidad de dar un rol preponderante a las palabras de las piezas que cantan les mantienen en el buen camino, les impone esta regla común a todos las artes que es la adaptación de las herramientas a la idea y al sentimiento que uno quiere expresar”.

A continuación, les propongo conectarse un rato con el talento de este gran compositor franco venezolano, orgullo artístico para nuestros dos países, que tuve el honor de servir más de una vez, especialmente al dirigir una sublime producción de su comedia “Mozart”, con el gusto exquisito de la época.

¡Hasta Luego!

Christophe Talmont

Director Musical

Orquesta Sinfónica Universidad de Los Andes

 

  1. HAHN. À Chloris. Susan Graham

https://youtu.be/hblAmLvg55g

Nicolai Gedda, L’heure exquise, R. Hahn

https://youtu.be/HajLfG3W0oE

  1. HAHN.Si me vers avaient des ailes. Susan

https://youtu.be/Nmghaz_F7EU

Hahn – Overture and Opening Chorus from ‘Ciboulette’

https://youtu.be/6ucZAtm8Mag