Por la calle real: Diálogo y calle

Por: Fortunato González Cruz…

La presión de los “valientes del chat” llevó a Acción Democrática a retirar sus candidatos a diputados a la Asamblea Nacional el 28 de noviembre del 2005. Le siguieron COPEI, Primero Justicia y Proyecto Venezuela.  El resultado fue catastrófico porque con poco más de dos millones de votos y una abstención de más de 10 millones de electores el gobierno se apoderó de la Asamblea Nacional y a partir de allí del Tribunal Supremo de Justicia, del Consejo Nacional Electoral, del Poder Ciudadano y de casi todas las gobernaciones de Estado y de los municipios.

Entonces se ignoraron las recomendaciones de chilenos y argentinos que habían  bebido esas amarguras. Ahora se abrió una opción razonable de diálogo con la facilitación de El Vaticano, solicitada por la MUD, y hasta el papa Francisco ha sido víctima de los “valientes del chat”. De lo más repugnante es la ofensa de Patricia Poleo y el extremista español César Vidal Manzanares contra al papa Francisco a quien tildan de comunista y vocero de Maduro. Entiendo que será muy difícil que el gobierno controle sus locos, que lo podía hacer Chávez, pero Maduro es de lo peor tal  como los otros que se sientan por el gobierno en la mesa del diálogo. Lo que no puede pasar es que otros locos, como los obstinados del artículo 350, le caigan a patadas a la mesa al menos sin intentar esta opción con la facilitación del papa Francisco.

La cuestión es muy compleja y la situación muy grave. Una salida militar no es posible y sería un mal peor, y una revuelta civil puede conducir a una carnicería, de modo que aprovechar el diálogo con la vigilancia del delegado de El Vaticano es una posibilidad. La MUD ha puesto sobre la mesa varios puntos prioritarios: La activación del Referendo Revocatorio y un acuerdo para unas elecciones adelantadas. Libertad para los presos políticos, que vuelvan los exiliados políticos y la anulación de los procesos de persecución contra la oposición. La reinstitucionalización de los poderes públicos en particular el Consejo Nacional Electoral y Tribunal Supremo Justicia. El respeto a la soberanía popular expresada en la Asamblea Nacional. La atención de la crisis humanitaria. Volver a la Constitución.

Mientras se dialoga, ni el gobierno renuncia a su lenguaje pendenciero ni a la represión, ni la oposición a la presión de calle y ante los organismos internacionales. Es, en consecuencia, un escenario complejo, difícil, delicado y peligroso. Maduro dijo “ni por las buenas ni por las malas vendrán más nunca a Miraflores”, y “los valientes del chat” prefieren desoír a Carlos Ocariz y  alimentar su agenda con obediencia y sumisión con el discurso del heredero, dispuestos a cambiar su iPhone por una AK-47.

No se puede despreciar la oportunidad del diálogo, ni desechar el esfuerzo de la MUD por mantenerse en el camino constitucional, ni dejar la presión de la calle. Quienes intentan desprestigiar a la MUD, al Secretario General de la OEA y al delegado pontificio ¿Qué les queda? ¿Traerse de Miami a Patricia Poleo para que dirija la batalla final?