Razones y pasiones: Reacción esperada

Por: Eleazar Ontiveros Paolini…

Todos los que conocen algo  de boxeo lo saben. Cuando uno de los púgiles le está dando una paliza a otro, éste, con desesperación reacciona agitadamente, sin coordinación, pretendiendo inútilmente  solventar la situación y, a la vez, tratando de darle  a los jueces y al público  la impresión de que  no le han hecho daño, aunque puede que al rato yazga horizontalizado en la lona por efecto de un nocaut.

Algo similar pasó con la manifestación del 1ro de septiembre. Los  que consideran  que es  imperioso no solo que Maduro deje la presidencia, sino de que se logre un nuevo Gobierno, le dieron una paliza fenomenal a quienes detentan el poder, provocando en este las reacciones a que antes nos referíamos, tratando  con ello de neutralizar los deletéreos efectos y de   convencer a sus incondicionales de que no ha pasado absolutamente nada, aunque más pronto que tarde, el desplome sea  fulminante.

La primera reacción ha sido la de arreciar el manoseado cuento del golpe, redoblando las ruedas de prensa, los actos políticos, los insultos, asegurando que el mismo no se produjo en la fecha de la “toma de Caracas”, pues sus infalibles procesos de  espionaje y contraespionaje lograron la  neutralización de los intentos golpistas.  Ni los propios chavistas creen que haya un golpe y de haberlo,  al  llegar el lobo engulliría a oposición y gobierno por igual. Se impondrían las botas por sobre todo lo civil.

Se ha recrudecido el accionar contra la Asamblea Nacional, llegándose a la barrabasada de pretender el Presidente eliminar la inmunidad de los diputados. De nuevo las razias contra los dirigentes de oposición se han activado, aumentando esa mancha negra, indeleble, de los presos políticos. Aumentan la violencia, las agresiones y se desconocen los procesos judiciales. Hay detenciones arbitrarias, desapariciones forzosas, censura y encarcelamientos sin juicios. Inventan absurdos: campamentos paramilitares a 500 metros de Miraflores, captura de 82 colombianos paramilitares y mercenarios ¿Dónde están?  Contradicen todas las opiniones de organismos internacionales, manteniendo la cacareada argumentación de la injerencia, del atentado contra la patria soberana.

Hablan sin ningún desparpajo de civismo y paz (¿…? Se intensifica la oposición al referendo, con argumentos cada vez más traídos de los cabellos. Se siguen dando aumentos  salariales, vendiendo la idea de que se hace justicia, cuando se sabe que con ellos se dispara la inflación, ya que no hay capacidad para resolver los problemas económicos  que la determinan, en especial la producción. Se redefine día a día el poder militar. Se obliga con insistencia a la incondicionalidad de los jueces. Recordemos: ¡Cuando se cometen atropellos se disimulan con la altanería!